Ven siéntate a mi lado, llena dos copas repletas de memorias, recordemos los que fuimos, cuando enagenabamos nuestras vidas, y olvidábamos por un momento lo que eramos y construíamos nuestro propio mundo, en donde solo existíamos tu yo.
Aun el pasado esta presente, puedo sentir tu mano sudar sobre la mía, y tu voz temblar cuando te miro.
Mi ser, se llena de nostalgia, pues tras esa puerta se encuentra una vida real, en donde se muda nuestro amor, y frente al mundo somos dos completos desconocidos.
Hoy solo queda un adiós y hasta nunca, de un amor en silencio.