Camino sola

ya no me acompaña ese recuerdo que caminaba siempre en mi mente.
Lo deje en nuestro lugar, donde las miradas se traducían y las risas no era provocadas por cosquillas,
y al pasar por ahí, el viento canta nuestras canciones, y los arboles guardan tu aroma de cada abrazo,
pero ya no existe esa magia que ponía en revolución el corazón, pues se fue ese sentimiento que construyo nuestro amor.